Marta es una chica a la que le gusta cuidarse y comer bien. Por este motivo Marta siempre lee las etiquetas de todo lo que compra, fijándose en que no contenga sustancias perjudiciales para la salud. Además, dedica mucho tiempo a informarse acerca de lo que es correcto en cuanto a alimentación y lo que no, qué sustancias debería comer en cantidad y cuáles evitar.

Marta hace una escrupulosa planificación semanal de la dieta a seguir, qué alimentos, en qué cantidad y qué no puede comer en absoluto. Está muy orgullosa de su plan dietético y lo beneficioso que este va a ser para su salud. Sin embargo, no todo es agradable para Marta. En las últimas semanas se ha dado cuenta de que estaba descuidando su tiempo de ocio, rechazando planes que implicaban comer fuera de casa, porque claro, nunca que sabe que cosas perjudiciales podría estar comiendo.

Al principio de empezar a cuidar su dieta, Marta sí que salía a comer fuera, pero era tal el grado de culpabilidad que sentía que decidió eliminar este hábito totalmente. De acuerdo a todo esto ¿Qué le está ocurriendo a Marta?

Marta podría estar sufriendo un trastorno denominado ortorexia. La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por la obsesión por comer sano. Quienes lo padecer planifican de forma muy estricta su dieta, eligiendo alimentos que ellos consideran saludables y descartando por completo ciertos alimentos, como aquellos que contienen conservantes, colorantes artificiales, grasas trans, producidos industrialmente, carnes procesadas, carnes rojas, aditivos… entre otros.

Este trastorno puede desembocar en una mala alimentación, déficit de nutrientes y en casos extremos a la desnutrición.

 

Síntomas ortorexia:

1. Preocupación excesiva por la calidad de los alimentos en vez de disfrutar del placer de consumirlos. No se disfruta comiendo, para quien sufre ortorexia la comida tiene como objetivo el proporcionar salud, por lo tanto no comen en función de sus apetencias, si no del plan alimenticio que hayan elaborado.

2. Disminución de la calidad de vida. La calidad de vida se ve afectada, ya que toda la vida gira alrededor de la comida, se pierde mucho tiempo planificando la dieta y se dejan de hacer actividades sociales por no poder controlar lo que se comerá.

3. Culpabilidad excesiva. Si por algún motivo no se cumple la dieta estipulada, los ortoréxicos sienten una gran culpabilidad. Intentaran compensar este hecho con un ajuste todavía más estricto en su dieta.

4. Suelen recorrer largas distancias para conseguir alimentos especiales. Además desembolsan grandes cantidades de dinero en estos alimentos.

 

Factores que predisponen a la ortorexia:

  • Suele darse en personas muy estrictas, con un gran sentido de la responsabilidad, perfeccionistas, exigentes consigo mismos y muy controladores.
  • Personas que han sufrido anorexia en el pasado son más vulnerables a padecer ortorexia, pues aunque la anorexia esté superada suelen elegir meticulosamente los alimentos que comerán, evitando alimentos que contengan sustancias perjudiciales para la salud, y estableciendo un excesivo control en su dieta.
  • Las mujeres, adolescentes y deportistas son los grupos más vulnerables a la aparición de este trastorno, pues se ejerce una presión añadida en ellos de conseguir un cuerpo sano, y una silueta bonita y equilibrada. De esta forma es más probable que pongan más énfasis en elegir cuidadosamente los alimentos que consumen y acaben cayendo en un control excesivo de su dieta.
  • Se da casi exclusivamente en los países más ricos y en personas con unos recursos económicos holgados, ya que este tipo de alimentación tiene un precio elevado y no accesible a todos los bolsillos.
  • Un factor que tiene mucho que ver en la gran cantidad de nuevos casos de ortorexia que están apareciendo recientemente, es la moda de la comida sana. Todos los días nos bombardean con información, en la mayoría de casos incorrecta, sobre la importancia de comer ciertos alimentos, que más que beneficiar a nuestra salud benefician al bolsillo de quien los produce y anuncia. Además hay un auge de “gurús” especializados en fitness, vida sana y alimentación, que promueven estas conductas.

 

Tratamiento:

El tratamiento de la ortorexia tiene muchos puntos en común con el tratamiento de cualquier trastorno de la alimentación y consiste, simplificando, en la modificación de pensamientos y conductas que mantienen el problema.

Es cierto que la alimentación juega un papel primordial en nuestra salud física y que hay que cuidar lo que comemos, pero siempre con un criterio, contrastando la información y siendo capaces de ser flexibles. No pasa absolutamente nada por comer un día de forma menos saludable si nuestros hábitos alimenticios siguen habitualmente un patrón correcto. Y es que de acuerdo a Aristóteles, la virtud está en un término medio.

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