Cada época, cada período tiene una patología que predomina sobre todas las demás.
A principios del siglo XX, una sociedad en la que la represión de la sexualidad era la norma (sobretodo en el caso de las mujeres), daba lugar a problemas sexuales e histeria, término desafortunado y actualmente en desuso. Y es que, la sociedad hace una importante contribución en nuestro estado de ánimo.
 
Junto con otros factores la sociedad nos indica nuestro curso de acción, nuestro camino a seguir, y actualmente este camino es acelerado y frenético; atascos, excesiva responsabilidad en el trabajo, problemas para llegar a fin de mes, falta de tiempo (¿o excesivas actividades?), son sólo una muestra de distintas situaciones actuales por las que pasan multitud de personas y que les llevan a sentirse estresados y ansiosos.
 

 

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Los seres humanos nos caracterizamos por tener una gran capacidad de adaptación, pero ¿hasta que punto es sano adaptarse? ¿Son beneficiosas las constantes preocupaciones, miedos, temblores, taquicardias… a causa de la vida que llevamos? Lo dudo mucho.
 
A todo este ritmo de vida occidental hay que añadir un gran problema, la llamada crisis. Y es que ¿cómo no sentirse ansioso ante los problemas económicos; ante el paro, EREs o pésimas condiciones laborales; ante las desmedidas cuotas hipotecarias? ¿Cómo alguien puede no tener miedo cuando tiene delante semejante panorama?
 
La ansiedad es un problema que depende de factores biológicos, psicológicos y sociales, pero en algunos casos yo me pregunto ¿No será la sociedad la que está enferma?

Autor

  • Enma-Navarro

    Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia y habilitada como Psicóloga General Sanitaria, he orientado toda mi carrera a la comprensión y mejora del bienestar emocional de las personas. Cuento con un Máster en Psicología Clínica (CETECOVA, niveles I y II), Máster en Sexología Clínica y Terapia de Parejas (ISEP) y formación especializada como Experto Universitario en Intervención Multidisciplinar para Trastornos Alimentarios (Universidad de Valencia). Además, soy Experta en Análisis Funcional y su aplicación a la intervención clínica (ITEMA).

    Mi trabajo se basa en una Psicología científica, rigurosa y centrada en la evidencia, especialmente en el análisis de la conducta y las leyes del aprendizaje. Creo en la terapia como un proceso personalizado y humano, donde la calidez, la empatía y la aceptación incondicional crean un espacio seguro para el cambio.

    Hoy, como directora de mi propio centro en Palencia, sigo dedicando mi vida a lo que siempre ha sido mi vocación: ayudar a las personas a comprenderse, superar dificultades y alcanzar su bienestar emocional.

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